
¡En este 8 de marzo, es necesario garantizar derechos y derribar retrocesos!
¡Tomemos las calles, hagamos huelgas, sacudamos las estructuras en este Día Internacional de la Mujer Trabajadora!
Llegamos a otro 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y las mujeres trabajadoras de todo el mundo no han dejado de resistir contra la violencia del machismo y del capitalismo, por derechos, por la vida y la libertad plena.
Según un informe publicado por ONU Mujeres, a nuestro ritmo actual, necesitaríamos aproximadamente 300 años para lograr la equidad de género.
Un reciente informe de organizaciones internacionales indica que el aumento del autoritarismo y el fundamentalismo religioso, combinado con los efectos aún recientes de la pandemia de COVID-19, ha servido como la receta perfecta para debilitar las protecciones legales y sociales de las mujeres.
En países aparentemente con realidades muy diferentes, se ha demostrado que las mujeres han sufrido graves retrocesos.
En este sentido, Afganistán y Estados Unidos son ejemplos. Las mujeres bajo el régimen talibán perdieron el acceso a la educación e incluso a la atención médica: no pueden consultar a médicos hombres, no pueden divorciarse ni denunciar la violencia doméstica. Las mujeres LGBTQIA+ son criminalizadas o abusadas. De hecho, estas mujeres perdieron el derecho a la libertad en general.
En Estados Unidos, las mujeres también han perdido derechos sobre sus propios cuerpos. La Corte Suprema de los Estados Unidos derogó el marco legal Roe v. Wade, que garantizaba el derecho al aborto. Desde entonces, más de 10 estados han prohibido la interrupción del embarazo y, en términos de derechos, se evalúan negativamente, por debajo de regímenes autoritarios como Arabia Saudita.
El mismo estudio indica que en Brasil las mujeres han sufrido un verdadero "retroceso", un término que define el movimiento de "represalias" contra los oprimidos y sus luchas. Se evalúa abiertamente que el número de feminicidios en el país "subraya la prevalencia del dominio masculino en la sociedad brasileña" y que el ex presidente Jair Bolsonaro y su gobierno desempeñaron papeles como "los principales defensores de esta cultura de violación".
En Italia, al igual que en Brasil, quieren privilegiar los derechos del feto desde la concepción, en detrimento del cuerpo y de la elección de las mujeres. Polonia sigue teniendo una de las leyes más restrictivas sobre el aborto. En Hungría, las persecuciones a las luchas de mujeres, LGBTQIA+ y en defensa de la democracia han sido constantes, y lo mismo ha ocurrido con más fuerza en Rusia, en medio de la invasión de Putin a Ucrania.
Y especialmente sobre esta situación, después de un año de agresiones militares, las ucranianas persisten en la lucha de manera incansable, enfrentando los horrores de la guerra y toda la violencia que afecta directamente a las mujeres, que cuidan de familiares o actúan en la línea de frente, para garantizar la autodeterminación, proteger sus familias y sus territorios.
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Resistencia
Frente a tantos ataques, hubo respuestas igualmente intensas con movilizaciones de mujeres en todo el mundo. Ya sea por cuestiones de género o por demandas políticas, económicas y sociales, han enfrentado la opresión en países como Afganistán, Turquía, Myanmar, Palestina, Hong Kong, Rusia, Polonia, Angola, Sudáfrica, Tigray, EE. UU., México, El Salvador, Colombia, Perú, Chile, Argentina y otros.
En Irán, tras el asesinato de Jina Amini en septiembre de 2022, las iraníes alzaron la voz y eligieron como primera consigna "Mujer", para luego exigir "Vida y Libertad". El movimiento sigue hasta hoy. En represalia, decenas de estudiantes fueron envenenadas en un ataque biológico masivo y criminal perpetrado por los fundamentalistas contrarios a la educación de las niñas en el país.
En Francia y Reino Unido, una ola de huelgas en diversos sectores estremeció a los gobiernos y patrones que insisten en reducir o eliminar derechos históricos, privatizar servicios públicos y precarizar empleos. En Francia, una serie de protestas y huelgas se ha llevado a cabo contra la reforma de pensiones del gobierno de Macron. Las mujeres son las que más sienten el peso de las restricciones para tener una jubilación digna.
En Perú, las mujeres están en primera línea de lucha, en su mayoría campesinas e indígenas, que luchan contra el gobierno de una mujer, Dina Boluarte, que a pesar de compartir el mismo género, no está del mismo lado que la clase más pobre ni de los intereses de las mujeres trabajadoras.
La Red Sindical Internacional de Solidaridad y Lucha cree que es responsabilidad del sector sindical construir la resistencia contra los ataques a los derechos de las mujeres y otros grupos vulnerables, porque esta es una lucha necesaria para el conjunto de la clase trabajadora.
Es importante recordar que el progreso hacia la igualdad de género nunca ha sido lineal y que los avances logrados hasta ahora siguen siendo atacados. Es necesario estar atentos para garantizar las protecciones legales y sociales para las mujeres, incluyendo medidas para garantizar la igualdad de género en el lugar de trabajo, para combatir la violencia machista y misógina y para promover la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
Basta de feminicidios, violencia, represión y explotación patriarcal, colonial y capitalista.