Brasil, Tailandia y otros países: derecho al aborto libre, público y gratuito
Solidaires (CM)
Nuestro sindicalismo de lucha de clases es feminista. A este respecto, las luchas de las mujeres por el derecho a disponer libremente de sus cuerpos, por el aborto libre, seguro, gratuito, en la sanidad pública y sin restricciones, nos conciernen a todos. Y esta lucha sigue siendo relevante hoy en día en prácticamente todos los Estados del planeta:
- En los países donde la ley lo permite, las condiciones son restrictivas; y como todos los derechos formales, ¡sólo tiene sentido en relación con la posibilidad real de cada persona de hacerlos valer!
- en demasiados países, el aborto sigue siendo ilegal; la ley prevé penas de prisión para las mujeres que recurren a él. Son las mujeres pobres, las mujeres trabajadoras, las que sufren la represión y los juicios.
En todas partes, grupos reaccionarios de todo tipo tratan de oponerse continuamente al derecho al aborto, y a los derechos de la mujer.
En el Brasil, el aborto sólo es legal en casos de graves problemas congénitos del feto, peligro para la vida de la mujer o violación. Para este último caso, el Ministerio de Sanidad acaba de definir reglas aún más restrictivas (¡y escandalosas!): el personal médico estará obligado a proponer a la mujer ver el embrión o el feto por ecografía antes de la operación; la mujer deberá "contar detalladamente" lo que ha sucedido y se iniciará un procedimiento judicial contra ella si no puede probar sus afirmaciones. El sindicalismo, junto con otras fuerzas progresistas, rechaza esta regresión antifeminista, reaccionaria y criminal: las estadísticas oficiales brasileñas (sin duda subestimadas) muestran que cada hora en el país 4 niñas de entre 10 y 13 años son violadas.
En Tailandia, el derecho al aborto es igual de restrictivo; la ley se limita a los mismos motivos (violación, peligro para la salud de la mujer). Pero la demanda es llevada a cabo por el movimiento de revuelta popular que lleva varias semanas: "Pedimos la revocación de la ley que castiga a las mujeres que quieren realizar un aborto. Nuestros cuerpos nos pertenecen. ¡Las decisiones que podemos tomar sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas nos pertenecen también!”.
? El derecho de las mujeres a controlar sus cuerpos es un derecho fundamental. Es un elemento estructurante en la construcción de la igualdad entre mujeres y hombres. El aborto es un problema de salud pública; más aún en los países pobres.
? Las organizaciones miembros de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas exigen el derecho al aborto libre, seguro, público y gratuito para todas las mujeres incluidas las menores de edad. En todo el mundo, apoyamos las luchas feministas.
? Y en especial, llamamos a las organizaciones que forman parte de la Red a sumarse el 28 de septiembre a la Jornada Mundial por la despenalización del aborto que se lleva convocando desde 1990 en diversos países.
? Apoyo a las que rechazan las nuevas restricciones impuestas en Brasil. ¡Apoyo a las que luchan por los nuevos derechos de las mujeres en Tailandia! ¡Apoyo a la alerta feminista que camina por todos los continentes!
- En los países donde la ley lo permite, las condiciones son restrictivas; y como todos los derechos formales, ¡sólo tiene sentido en relación con la posibilidad real de cada persona de hacerlos valer!
- en demasiados países, el aborto sigue siendo ilegal; la ley prevé penas de prisión para las mujeres que recurren a él. Son las mujeres pobres, las mujeres trabajadoras, las que sufren la represión y los juicios.
En todas partes, grupos reaccionarios de todo tipo tratan de oponerse continuamente al derecho al aborto, y a los derechos de la mujer.
En el Brasil, el aborto sólo es legal en casos de graves problemas congénitos del feto, peligro para la vida de la mujer o violación. Para este último caso, el Ministerio de Sanidad acaba de definir reglas aún más restrictivas (¡y escandalosas!): el personal médico estará obligado a proponer a la mujer ver el embrión o el feto por ecografía antes de la operación; la mujer deberá "contar detalladamente" lo que ha sucedido y se iniciará un procedimiento judicial contra ella si no puede probar sus afirmaciones. El sindicalismo, junto con otras fuerzas progresistas, rechaza esta regresión antifeminista, reaccionaria y criminal: las estadísticas oficiales brasileñas (sin duda subestimadas) muestran que cada hora en el país 4 niñas de entre 10 y 13 años son violadas.
En Tailandia, el derecho al aborto es igual de restrictivo; la ley se limita a los mismos motivos (violación, peligro para la salud de la mujer). Pero la demanda es llevada a cabo por el movimiento de revuelta popular que lleva varias semanas: "Pedimos la revocación de la ley que castiga a las mujeres que quieren realizar un aborto. Nuestros cuerpos nos pertenecen. ¡Las decisiones que podemos tomar sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas nos pertenecen también!”.
? El derecho de las mujeres a controlar sus cuerpos es un derecho fundamental. Es un elemento estructurante en la construcción de la igualdad entre mujeres y hombres. El aborto es un problema de salud pública; más aún en los países pobres.
? Las organizaciones miembros de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas exigen el derecho al aborto libre, seguro, público y gratuito para todas las mujeres incluidas las menores de edad. En todo el mundo, apoyamos las luchas feministas.
? Y en especial, llamamos a las organizaciones que forman parte de la Red a sumarse el 28 de septiembre a la Jornada Mundial por la despenalización del aborto que se lleva convocando desde 1990 en diversos países.
? Apoyo a las que rechazan las nuevas restricciones impuestas en Brasil. ¡Apoyo a las que luchan por los nuevos derechos de las mujeres en Tailandia! ¡Apoyo a la alerta feminista que camina por todos los continentes!