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“La situación del personal sanitario en Ucrania sigue siendo difícil”
Ucrania

“La situación del personal sanitario en Ucrania sigue siendo difícil”

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Sed como nosotras

Entrevista con  Oksana Slobodiana

Las cifras son abrumadoras: las infraestructuras civiles ucranianas, en particular los centros de salud, siguen sufriendo daños regulares como consecuencia de la agresión armada rusa y sus incesantes bombardeos. En más de tres años de guerra, el agresor ruso ha dañado 1 984 centros de salud y destruido 301. Hasta la fecha, 667 instalaciones ya han sido completamente restauradas, otras 320 parcialmente, pero 50 que han sido reconstruidas han sido dañadas de nuevo. Más de 500 miembros del personal sanitario han muerto. En el frente, el personal médico está valientemente presente con los combatientes y arriesga su vida todos los días. En la retaguardia, el personal de enfermería, en particular las enfermeras, se dedica día y noche a cuidar a la población civil, pero también a las y los soldados heridos. A estas dificultades se suma la política neoliberal del gobierno ucraniano de “optimización” del servicio de salud que provoca cierres de hospitales, despidos indebidos, retrasos en el pago de salarios e incumplimiento de los derechos laborales. El sindicato médico Sed como nosotras es una de las organizaciones más activas en el apoyo al personal sanitario y en la defensa de sus derechos. Oksana Slobodiana, presidenta de este sindicato, tuvo la amabilidad de responder a nuestras preguntas.

 

Patrick Le Tréhondat

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Después de tres años de guerra, ¿cuál es la situación del personal médico en el frente y en la retaguardia?

Después de tres años de guerra a gran escala, la situación del personal médico en Ucrania sigue siendo difícil. En el frente y en las zonas cercanas a los combates las y los médicos trabajan en condiciones extremadamente difíciles: evacuaciones constantes bajo los bombardeos, falta de personal, riesgos permanentes para la vida. Las especialidades más deficitarias son la anestesia, la cirugía, los cuidados intensivos, la asistencia médica de emergencia y la rehabilitación. Parte de la carga se compensa con voluntariado y formación acelerada en medicina táctica, pero el problema de la escasez no puede resolverse por completo. En las regiones de la retaguardia, la situación es diferente pero igualmente problemática. Los hospitales sufren de falta de financiación, optimización de la red y cierre de servicios, lo que a menudo da lugar al cierre de establecimientos enteros. Las y los sanitarios se ven obligados a trabajar más de sus horas reglamentarias, multiplicando las guardias, lo que provoca agotamiento laboral masivo, estrés, ansiedad y depresión. La crisis del personal se está sintiendo en todo el país. Una parte del personal sanitario se ha ido al extranjero, otros se ven obligados a buscar un trabajo fuera de su especialidad para sobrevivir. También faltan jóvenes profesionales.

 

Los hospitales siguen cerrando, como en Poltava, a pesar de las protestas de la población y los pacientes. El personal sanitario continúa teniendo grandes dificultades en su trabajo. ¿Crees que la situación ha empeorado?

Sí, podemos decir que ha empeorado. Porque en lugar de ampliar el acceso a la atención en tiempos de guerra, estamos asistiendo al proceso contrario. Esto desmotiva al personal sanitario y profundiza la desconfianza de la población hacia el sistema de salud.

 

También existe un problema de precios excesivos de los medicamentos. El Servicio Público de Producción y Consumo recibió 1.156 quejas sobre precios abusivos en las farmacias. ¿Qué opinas de esta situación y cuáles son las causas? ¿Qué soluciones ves?

La razón principal es el bajo control del Estado sobre la formación de precios y la monopolización del mercado farmacéutico. En tiempos de guerra las empresas farmacéuticas a menudo se aprovechan del caos. La solución solo puede provenir de controles y multas para las farmacias que cobran precios excesivos. También sería necesario crear registros de precios transparentes y plataformas en línea para permitir la comparación.

 

El sindicato Sed como nosotras está experimentando un desarrollo importante. ¿Puedes hablarnos de ello?

Sí, a pesar de las dificultades, nuestro movimiento sanitario está ampliando su red de apoyo al personal sanitario. Esto incluye consultas legales: nuestra organización ayuda a las y los médicos y al personal de enfermería en caso de despidos indebidos, retrasos en el salario y otras violaciones de sus derechos. También organizamos seminarios educativos en los que formamos al personal médico para que defienda sus derechos laborales y resista los abusos de las administraciones hospitalarias. Discutimos públicamente muchas cuestiones dolorosas en ruedas de prensa y mesas redondas. Llevamos a cabo encuestas sociológicas que ponen claramente de manifiesto los problemas del personal sanitario (especialmente de las enfermeras), como la sobrecarga de trabajo, el desprecio por parte de la dirección, el agotamiento profesional y la falta de apoyo psicológico. Gracias a este trabajo público, vemos un crecimiento de la confianza en Sed como nosotras entre el personal sanitario en diferentes regiones de Ucrania.

 

Pero te enfrentas a oposición. Se impide de diferentes formas que el personal sanitario se una a tu movimiento. ¿En qué consiste esta situación?

Desafortunadamente, en algunos hospitales, las direcciones ejercen presión sobre quienes desean unirse a nuestro movimiento. Se les dice que podrían tener problemas de empleo, se les amenaza con ser despedidos o con una reducción de sueldo. Este es el esquema clásico de “no montes follones”. Pero luchamos precisamente contra esta atmósfera de miedo.

 

¿Cuáles son las reivindicaciones más importantes de Sed como nosotras en la situación actual?

En la situación actual Sed como nosotras formula varias reivindicaciones clave que reflejan las necesidades reales del personal sanitario en tiempos de guerra. En primer lugar, se trata del cálculo transparente y del pago oportuno de los salarios y las primas. El personal sanitario debe recibir los fondos prometidos por el Estado, sin retrasos ni obstáculos burocráticos. La garantía de seguridad y la creación de condiciones de trabajo dignas en las zonas cercanas al frente son igualmente esenciales: las y los sanitarios arriesgan sus vidas todos los días y su trabajo debe estar respaldado por medios de protección adecuados, horarios razonables y asistencia. Nuestra organización también se opone al cierre de hospitales en tiempos de guerra, porque la reducción de la red de atención en períodos críticos pone en peligro el acceso de la población a los tratamientos.

 

El 15 de agosto, Sed como nosotras organizó en Odessa una conferencia para personal sanitario sobre la defensa de sus derechos laborales en tiempos de ley marcial. En esta reunión, declaraste que querías: "garantizar la transparencia en el cálculo de las primas - obligar a las direcciones de los hospitales a informar públicamente al personal de la financiación recibida y su distribución" y "desarrollar un mecanismo de control independiente del cumplimiento de los actos normativos que rigen la remuneración de las y los  sanitarios en las zonas cercanas al frente". ¿Cómo te imaginas concretamente el establecimiento de estos mecanismos de control? ¿Un control por parte del propio personal sanitario?

Un cálculo transparente y justo de las primas para el personal sanitario solo es posible si se establecen mecanismos de control reales y cuando el convenio colectivo desempeña un papel clave. Consideramos que este documento no debe ser una simple formalidad, sino un instrumento vivo que defina las reglas del juego dentro del hospital. Es en este documento donde deben registrarse claramente los derechos del colectivo a recibir informes sobre la financiación, la distribución de los fondos y las modalidades de pago de las primas. Se podría aplicar un sistema de control a dos niveles. El primer nivel es interno, con la creación en cada establecimiento de una comisión independiente compuesta por representantes del personal sanitario, encargada por el convenio colectivo de exigir informes públicos de la administración y realizar verificaciones periódicas. El segundo nivel es externo, con la creación de un consejo de supervisión independiente, que asocie a sindicatos y organizaciones de la sociedad civil. Su misión sería comparar los informes de las direcciones con los pagos reales, para evitar cualquier manipulación. Es precisamente la combinación de estos dos niveles lo que hará que el control no sea formal, sino verdaderamente eficaz, y haga del convenio colectivo una garantía de transparencia y equidad en las relaciones entre la administración y el personal médico.

 

9 de septiembre de 2025

 

Traducción: Faustino Eguberri

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