Realización del G20 en Brasil es una vergüenza
Artículo publicado originalmente en CSP-Conlutas
Herbert Claros
La reunión del G20, que se llevará a cabo los próximos días 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro, está impregnada por un contexto de profunda crisis del capitalismo, con la clase trabajadora cada vez más perjudicada por los planes neoliberales de austeridad. Un contexto marcado por el avance de la ultraderecha en varios países y por diversas guerras, como en Ucrania y el genocidio del Estado de Israel contra Palestina, que ahora también se extiende al Líbano.
El G20 no es un órgano oficial, pero en los últimos años ha dictado, junto con el G7 [grupo formado por las llamadas grandes potencias: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, además de una representación de la Unión Europea], el FMI y el Banco Mundial, los planes de austeridad fiscal, los proyectos neoliberales y las privatizaciones a ser aplicados en los países.
Está compuesto por los ministros de finanzas y los jefes de los bancos centrales de las 19 mayores economías del mundo, más la Unión Africana y la Unión Europea.
Creado en la crisis económica de finales de los años 90, principalmente en México y Rusia, fue una acción del imperialismo estadounidense para involucrar a otros países y tratar de resolver la crisis económica. Es decir, la creación del G20 sirvió para salvar al capitalismo de la crisis económica que él mismo generó.
Esta reunión mundial con jefes de estado liderada por los países imperialistas se realiza anualmente y rota entre los países miembros. El año pasado fue en India. El próximo año será en Sudáfrica. Este año, la presidencia está a cargo de Brasil.
Sin embargo, entendemos que el presidente Lula debería haber rechazado que el G20 se realizara en Brasil. Es absurdo acoger una cumbre de este tipo, que solo sirve a los intereses de las grandes potencias imperialistas, como Estados Unidos y Europa, especialmente en un momento en que Israel cuenta con países imperialistas cómplices en el genocidio del pueblo palestino.
El gobierno brasileño se vuelve cómplice del imperialismo y del genocidio en Palestina al extender la "alfombra roja" a genocidas como Biden, Macron, Olaf Scholz y Sergey Lavrov (quien representará a Putin, que no vendrá a Brasil).
Además, es un absurdo que tenga lugar en Brasil, porque somos un país que sufre directamente las consecuencias del dominio imperialista. Ya sea en la crisis ambiental, la precarización del trabajo, las privatizaciones al servicio del mercado, o el desmantelamiento de los servicios públicos necesarios para la calidad de vida, como educación y salud, por ejemplo.
Pero recordemos que Lula, desde hace mucho tiempo, tiene una agenda proimperialista y no es sorprendente que haya aceptado la realización del G20 aquí, lo cual es una vergüenza para Brasil. Hasta porque el propio Lula, en su primer mandato, hizo cuestión de liderar la Minustah (Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití), enviando tropas de Brasil para la ocupación de Haití.
G20 Social es una farsa
Denunciamos también el intento del gobierno de Lula de tratar de sofocar cualquier manifestación independiente que cuestione este evento imperialista.
El presidente brasileño creó una farsa llamada G20 Social en la que participan importantes organizaciones sociales del país. Pretendiendo ser un espacio para debatir temas sociales para el G20, el evento se reunirá del 14 al 16 de noviembre y busca controlar los movimientos sociales para evitar protestas en la ciudad.
No existe un “G20 Social” y nunca ha existido en ninguna de las ediciones del G20. Es la primera vez que habrá algo llamado, entre muchas comillas, “G20 Social”.
Debemos señalar que no existe un imperialismo social. Imperialismo es sinónimo de explotación, saqueo y guerras. Por lo tanto, Lula, al crear el “G20 Social”, en realidad está cooptando a los movimientos sociales para una trampa imperialista de pacificación de las luchas sociales en el mundo.
En el “G20 Social” se realizarán talleres y los movimientos sociales enviarán una carta con recomendaciones a los gobiernos del G20. No hace falta ser un militante esclarecido para saber que Biden (presidente de los Estados Unidos), Macron (de Francia) o Olaf Scholz (Alemania) ni siquiera mirarán esa carta. El imperialismo no se preocupa por los movimientos sociales.
Cuando nos enteramos del G20, ya aprobamos una resolución para construir una movilización internacional contra la reunión. A principios de año, tuvimos reuniones con algunas organizaciones de movimientos sociales, convocadas principalmente por la Cumbre de los Pueblos, como Jubileo Sur y Rebrip, Quilombo Raza y Clase, que se mantienen como organizadores de la actividad, y también estaban el Movimiento Sin Tierra (MST), la CUT, la Marcha Mundial de Mujeres, movimientos negros de Río de Janeiro y organizaciones de las favelas cariocas. Construimos lo que llamamos la “Cumbre de los Pueblos Frente al G20”, en unidad de acción con distintas organizaciones de los movimientos sociales.
Sin embargo, en las últimas semanas, la CUT y el MST decidieron romper con la Cumbre de los Pueblos porque, en una reunión que tuvieron con un representante del gobierno federal, el gobierno fue explícito en decir que Lula no quiere ninguna manifestación o acto de repudio al imperialismo y al G20 en nuestro país.
La CUT y el MST, organizaciones entrelazadas con el gobierno, decidieron, entonces, retirarse de la Cumbre y solo participarán en el “G20 Social” como colaboradores, haciendo propuestas para el G20. Es lamentable desde el punto de vista de la construcción de la unidad popular contra el imperialismo y, además, deja en claro que estas organizaciones están cada vez más alineadas con el gobierno, abandonando de hecho la lucha de clases, las luchas concretas de los trabajadores, tanto en las ciudades como en el campo.
En la Cumbre de los Pueblos y en las calles
Y, a pesar del G20 Social, la Cumbre de los Pueblos se mantiene. La mayoría de las organizaciones incluso reafirmaron aún más la importancia de tener una cumbre de manera independiente. Y la CSP-Conlutas está en la organización de esta actividad.
La idea es que esta Cumbre de los Pueblos realice algunos debates sobre temas como medio ambiente, pueblos originarios, la LGBTIfobia, los movimientos negros y de mujeres y los ataques a la clase trabajadora. También debatirá la campaña nacional contra el genocidio en Palestina y exigirá a Lula que rompa las relaciones con Israel.
En todos los lugares donde se celebran reuniones del G20, hay manifestaciones de los movimientos sociales. Ya sea en Europa o en América del Norte. Y aquí, también lo haremos. El sábado por la mañana, 16 de noviembre, haremos una gran manifestación en Copacabana, en repudio a la presencia del imperialismo en nuestro país.
Herbert Claros - Integrante de la Secretaría Ejecutiva Nacional de CSP-Conlutas y del Sector Internacional. Trabaja en Embraer.